Hace poco, no recuerdo bien donde, leí o escuche (no lo recuerdo tampoco) que nunca puedes llegar tarde ni a las revoluciones ni a las fiestas. A las segundas, porque llegar tarde a una fiesta puede deberse a dos cosas: te crees demasiado importante como para presenciar una fiesta cuando nadie parece divertirse, como un cuadro a medio pintar; o eres demasiado aburrido como para no poder divertirte cuando el alcohol no amenaza la integridad de los invitados. Cuando llegas tarde a las revoluciones, corres el riesgo de abanderar un movimiento que ya ha tenido lugar, que ya ha ocurrido. Creyéndote avanzado cuando solo estás al final de la cola. Con el ridículo que eso conlleva. Sobre llegar tarde al cambio, sobre quedarnos en el último vagón de los trenes del progreso, somos expertos en este trozo de tierra que es la Península Ibérica. Llegamos tarde, tardísimo, a la revolución industrial y al movimiento contracultural de los 60. Mientras Europa y el mundo se modernizaban, aquí seguíamos tejiendo una venda de macramé que nos impedía ver más allá de los pirineos. Aún así, hay algo peor que llegar tarde: no saber que estás llegando tarde.
Musicalmente, como no podía ser de otro forma, en el momento en el que llega a España un sonido nuevo al que nuestros mimados oídos no están acostumbrados, solemos coger Twitter y soltar todos los litros de bilis que guardamos en el mueble del comedor solo para las ocasiones especiales. Recientemente, una joven artista llamada Bb trickz se hizo viral en tiktok por publicar snippets o fragmentos de algunas de sus canciones en las que los ritmos y la forma de encajar los versos en la base no responden a los cánones de la escena urbana (odio esta palabra) actual. Esto, unido a una estética muy característica, hicieron que algunas de sus publicaciones alcanzaran el millón de reproducciones en la plataforma.
🔗Uno de los tiktoks más virales de Bb trickz
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Todo esto ya hacía presagiar que íbamos a estar hablando de esta chica durante mucho tiempo. Sin embargo, la bomba estalló en Twitter el pasado 16 de abril cuando la cantante tuiteó el enlace a YouTube de su primera canción oficial “Missionsuicida”. Prácticamente al instante, el tuit se plagó de gente (los que llegan tarde siempre) quejándose de lo malo que era el tema, desplegando todo el set de comentarios que se suelen hacer cuando eliges criticar tras una primera escucha superficial: que si que mal suena eso, que si canta fatal, que si eso también lo hago yo, que si es que nadie piensa en los niños… Por suerte, otra gran parte de los comentarios aplaudían la frescura de la canción y, sobre todo, alababan que la joven cantante tuviese rabiando a todos los incels de Twitter con un tema de apenas dos minutos que samplea el opening de “Ley y Orden”. Ahora mismo, el tuit cuenta con 50 millones de visualizaciones, 3500 retweets y más de 44.000 “me gusta” (entre los que se encuentra el mío). El marketing ya está hecho.
Lo que ocurrirá es que pronto esta chica colaborará con tu artista favorito, su forma de cantar ya no nos parecerá tan rara, sus letras empezarán a aparecer por todos lados y todos los que la han criticado tendrán que recoger cable tratando de no tropezarse por el camino. Y una vez más, el gran público llegará tarde al sonido y a la estética, como ya pasó con Pxxr Gvng, Bad Gyal o la Zowi (ojo, a esta chica aún le falta mucho para compararse con las últimas dos, pero el rechazo que en un primer momento recibieron por parte de la masa se asemeja al que esta sufriendo ahora Bb trickz). No obstante, llegar tarde no es el problema. Siempre se está a tiempo de disfrutar del arte sin que este tenga que ser la última vanguardia. Lo feo vendrá cuando estos que ahora critican el estilo y las letras, busquen subirse al carro una vez que el moderneo más pedante haya dado el visto bueno a la nueva corriente. Stupid people doing stupid shit.
🔗El tuit con su primer tema.
https://twitter.com/BelizeKazi/status/1647548698052771840?s=20
La repercusión del anterior tuit ha sido tal que desde Estados Unidos ya la han comparado (despectivamente, claro, que esperabas de los americanos) con Ice Spice, una joven artista a la que Bb trickz recuerda en estilo que cuenta ya con más de 36 millones de oyentes en Spotify y es cabeza de cartel de los principales festivales del país. 'Ladran, Sancho, señal que cabalgamos'
Lo bueno que tiene la música es que no existe una fórmula que garantice el éxito. A la hora de hacer una canción puedes utilizar elementos del pop que sabes que funcionan como la progresión I-V-VI-IV que utilizan un sinfín de canciones que seguro has escuchado o letras fáciles de recordar que traten temas universales como el amor. No obstante, no puedes hacer que esa canción te saque de trabajar en la oficina. Únicamente el público, el contexto, el marketing (desgraciadamente) y la suerte, determinaran el éxito del tema, y no importará que sea bueno, malo, que esté bien o mal cantado (incluso puede que no cante nadie) o lo que diga la letra. Lo contrario sería hacer de esto una ciencia y un capítulo de Black Mirror. No, gracias.
Por todo esto, y por dejar de llegar tarde a todo, os invito a escuchar la música con la mente más abierta, eliminando barreras, prejuicios y dando una oportunidad a aquellos sonidos a los que no estás acostumbrado. Si después de esto cierto tema no te gusta, de acuerdo, habrás sido capaz de formar una opinión crítica por ti mismo y no un copia y pega de algún hilo de Twitter.
Hernández - Café y Cultura