Café 27. Apocalipsis ahora.
Recuerdo tener 14 o 15 años, no más. Acababa de ver La Naranja Mecánica por primera vez y estaba en esa especie de trance como de no saber muy bien que acabas de ver que las imágenes de ultra violencia y la música de Beethoven pueden generar sobre cualquier adolescente. Recuerdo también que lo siguiente fue entrar a YouTube para ver de nuevo ciertas escenas de la película que no me podía quitar de la cabeza. Necesitaba comprender como podía ser posible que existiese algo tan potente. No había visto nada igual. Repetía una y otra vez aquellas escenas en las que la música pasaba a ser la protagonista para acompañar a la imagen en un resultado casi hipnótico, al menos para mi yo de 15 años. Con el paso del tiempo, y de volverla a ver unas cuantas veces, entendí mejor la película y me quedé con otras escenas que, si bien no son tan impactantes, he sabido apreciar mucho mejor. Pero bueno, la cuestión es que por aquel entonces no paraba de buscar en internet otras escenas de películas que me causasen la misma fascinación que las que acababa de ver en La Naranja Mecánica. Entonces, el algoritmo de YouTube hizo su magia y me recomendó este video:
Helicópteros, misiles, muertes, explosiones, ametralladoras y música clásica. Tenía que ver esa película de inmediato. Y así es cómo llegué a Apocalypse Now, una de esas obras que, sin duda, marcaron mi adolescencia. Por eso, hoy me gustaría contarte algunas curiosidades de esta mastodóntica producción de Francis Ford Coppola y de cómo tuvo uno de los rodajes más complicados de la historia.
La peli la tienes en Filmin, pero si te da pereza verla ahora te cuento de forma rápida de que va sin hacerte (muchos) spoilers. Estamos en el 69 en plena Guerra de Vietnam y el personaje que interpreta Marlon Brando era un tío infiltrado tras las líneas enemigas que se ha vuelto loco y ahora se cree el rey de una tribu indígena. Total que para solucionar la movida los americanos llaman al padre de Charlie Sheen (Martin Sheen), que está todavía más loco y no puede reintegrase en la sociedad, para que lo liquide. Entre medias sale un tipo interpretado por Robert Duvall que también está muy loco al que le flipa Vietnam por el olor a napalm por las mañanas y por las olas que hay para hacer surf. Básicamente eso. Aquí lo curioso es que no acabasen locos todos los que de alguna forma participaron en en rodaje porque eso si que fue una guerra.
Para empezar este iba a durar 6 semanas y acabó siendo un rodaje de 16 meses, pasando más de dos años desde que se empezó a grabar hasta que se terminó el último metraje. Además, el tema de la pasta se les fue un poco de las manos y hasta el propio Coppola tuvo que hipotecar su casa para poder acabar de filmar, bien ahí la planificación. Luego esta el tema de los actores. Por lo visto, a Marlon Brando se la pelaba bastante el asunto de la película y llegó pesando 40 kilos de más y sin haberse leído ni una sola página del guion ni de la novela original en la que está basada gran parte de la película (‘El corazón de las tinieblas’). Bien comprometido el pana. Esto es un problema cuando tu personaje, el maniaco coronel Kurtz, debía ser delgado y estar al borde de la desnutrición. Pero nada que la magia del cine no pueda arreglar. Solo hizo falta cambiar el final de la película, sustituir todo su vestuario por piezas de color negro, introducir distintos dobles, planos en los que no se le grababa de cuerpo entero y abusar de las sombras en todas las escenas para disimular un poquito. Así cualquiera. Por si fuera poco, a Martin Sheen le dio un ataque al corazón a punto de finalizar el rodaje. Aunque esto, suponemos, no fue su culpa, estuvo a punto de suponer la cancelación de la película si no llega a ser porque Coppola se lo calló pero bien. Además, hay que tener en cuenta las típicas cosas que pasan por rodar en Filipinas como que un tornado se lleve todo tu set por los aires y tengas que paralizar la grabación más de un mes. En fin, todo un sindiós.
Pese a todo esto, la película fue un rotundo éxito. No solo es considerada hoy en día como una de las grandes películas del cine bélico en particular y de la historia del cine en general, sino que en el momento de su estreno, pese a no contar con el apoyo de la prensa, fue nominada a 8 premios Oscar (ganando dos), ganó la palma de oro en Cannes y recaudó, aproximadamente, un total 83 millones de dólares frente a los 31 millones presupuestados al comienzo. Las cosas pueden costar más o menos pero a veces, merecen la pena.
Por terminar, dime que esto no es una de las mejores intros que has visto nunca.
Hernández - Café y Cultura